Puedes escuchar el programa aquí sin salir de la página:
Como muchos, y cada vez más, intento comer sano. No es fácil, y muchas veces caigo en tentaciones pecaminosas, gastronómicamente hablando, sobre todo cuando salgo. Pero en casa, tengo una gran aliada: la despensa.
Sí, ese espacio en la cocina donde guardo la comida no perecedera, pastas, arroces, especias, aliños. Pero también la nevera, donde guardo carnes, quesos y otros lácteos, y algunas frutas y verduras. Todo, si me es posible, terminará en mi estómago.
Así que, si quiero comer bien, rico y sano, debo cuidar lo que pongo en la despensa. Debo irme con mucha precaución a la hora de hacer la compra, pues es en ese momento en el que se decide buena parte de mi dieta.
Si lleno la despensa de alimentos con muchas calorías, azúcares y sales, la tentación estará presente en cada momento. Si en lugar de eso tengo productos en ingredientes, ya de por sí sanos, mi dieta mejorará, y con ella mi salud.
Así, aunque me entre hambre a altas horas de la noche, lo que pueda picar o no, no tendrá muchas calorías. Por eso la despensa es nuestra mejor aliada para comer sano. Y hoy, es nuestra invitada especial.
Siéntate a la mesa y acompáñanos a este banquete de salud, y sentido común. Bienvenido.
La despensa
Buenos días tardes y noches querido comensal. Hoy tenemos un programa saludable, sin dejar de ser rico. Hoy hablamos de cómo debemos llenar nuestra despensa para mejorar nuestra dieta, y nuestra salud.
En este programa tenemos, además, a un invitado muy importante. Se trata de Antonio Más, médico endocrino, quien nos hablará de algunas pautas sobre cómo llenar nuestras despensas para comer sano.
Quédate unos minutos y aprovecha esta oportunidad para mejorar tu dieta y tu salud. Soy Jesús García Barcala y esto es, Por Amor a la Gastronomía, el podcast.
Durante dos terceras partes de mi vida, fui un flaco empedernido. Un tiritas que podía comer todo lo que quisiera, y quería mucho, y mantener un tipito digno de un maniquí. Pero eso se acabó hace ya unos años.
Es lo normal. Con la edad, nuestra tasa metabólica basal, la cantidad de calorías que necesita nuestro cuerpo para sobrevivir, va descendiendo. Cuando a los 25 años gastaba hasta 2,500 calorías diarias sólo para que mi cuerpo funcionara, a mis recién cumplidos 55 apenas paso de 1500, y bajando.
Esto es, si quiero mantener mi peso, tengo que comer mucho menos, comer sano, y eso es un gran sacrificio para mí. Además, con los recuerdos del confinamiento acumulados en la tripa, el esfuerzo para consumir menos calorías es aún mayor.
Creo saber cómo comer bien. En la universidad tomé una clase de nutrición que me enseñó a contar calorías, a saber leer las etiquetas. Aprendí mucho, y desde entonces intento aplicar lo aprendido en mi vida diaria.
La dieta impulsiva
Pero hasta hace poco, mi vida parecía conjurarse para evitar que yo comiera sano. Debido a mi trabajo, mis horas de comer eran irregulares. Comía cuando podía, y no cuando debía. De paso, la soltería me permitía darme todo tipo de caprichos.
Como no podía ser de otra manera, al pasar los cuarenta los kilitos comenzaron a acumularse. Fue un proceso lento pero constante, que no asustaba. Cuando ya pesaba 70, subir a 71 no parecía muy grave. Cuando pesaba 75 subir a 77 tampoco. Así hasta llegar y pasar de los 85. Y entonces ya no ligas como antes.
No, lo importante no era el ligar. Lo peor es cuando la doctora te dice que eres hipertenso, o que tienes el colesterol por las nubes. Es cuando te dicen que ya no debes comer mucho jamón, mucho queso, y que debes de beber mucho menos.
Lo importante es la salud, lo sabemos todos, y nuestros hábitos alimenticios tienen mucho que ver con la salud. Nadie niega que debemos comer sano, pero comer sano no es fácil. Por eso, reclutar a la despensa como aliada es una de nuestras mejores políticas.
Creo que todos lo sabemos de antemano, pero seguimos cayendo. Paseamos por todo el supermercado y al final siempre cae alguna bolsa de patatas fritas, unas salchichas para media tarde, frutos secos.
Todos estos alimentos son muy buenos, en moderación. El problema es que, si los tenemos a la mano, es más fácil abusar de ellos. Mejor tener unas zanahorias, o más fruta en la nevera. Así, el tentempié tendrá muchas menos calorías.
Un experto en la despensa
Pero yo no soy nutricionista, ni mucho menos endocrino. Por eso he querido hablar con uno que sí lo es. Antonio Más no sólo es endocrino, sino que es además muy activo en las redes, y tiene un canal de Youtube en el que he aprendido muchas cosas.
Y entre sus vídeos, tiene uno que me llamó la atención, y que me ha ayudado a mejorar mi dieta, y mi salud: ya te imaginarás que es un vídeo relativo a la despensa. En la versión escrita de este programa pongo el enlace.
Pero hoy tenemos aquí a Antonio Más, quien desde su canal de Youtube, Másendocrino, nos cuenta algunos consejos y trucos que podemos usar para que la despensa sea nuestra mejor aliada a la hora de comer sano.
Y eso es lo que va a hacer hoy para los oyentes de Por Amor a la Gastronomías. ¡Buenos días Antonio!
(Entrevista La Despensa sólo en Audio)
Genial, creo que he aprendido mucho de Antonio. Ya había visto su vídeo, pero hoy me ha contado alguna cosa nueva que pienso aplicar de inmediato. Sin duda, la despensa es nuestra gran aliada para comer mejor, más sano al menos.
Y tú, querido comensal, usas la despensa para mejorar tu dieta? conoces algún truco que quieras compartir? Cuéntanoslo en los comentarios.
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La próxima vez que vayas de compras, piensa en llenar tu despensa de alimentos sanos, poco procesados. Tu dieta te lo agradecerá.
Gracias también te doy yo por escuchar. Buen provecho. Soy Jesús García Barcala y esto es, Por Amor a la Gastronomía.
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